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Desde lo más profundo del corazón, y quizás en conflicto con la razón, este blog está dedicado a recordar aquellos sonidos que en algún momento de la vida emocionaron a miles y hoy son solamente añejas paginas ocres que algún viejo almanaque conserva en su memoria.
Entren y viajen, que mirar atras sirve para aprender.

domingo, 22 de mayo de 2011

La poesía y la magia de seis ángeles de Flores




El primer disco de Don Cornelio y La Zona es elogiado por la mayoría del público como aquel donde la banda de Palo Pandolfo supo plasmar todo su potencial. A pesar de esto, sus propios ex integrantes reniegan no solamente del sonido sino de todo el proceso de grabación en si mismo, por no decir del escaso poder de decisión que les otorgó Andrés Calamaro, quien hizo las veces de productor del álbum.
Grabado y mezclado en los estudios Panda durante marzo y abril de 1987 bajo la mirada de la dupla Fabián Couto y Fernando Marino de Berlín Records, sumado al arte gráfico de Nessy Cohen (quien estuvo ligado a toda la obra de Cornelio y más tarde a Los Visitantes), este conglomerado de canciones pop perfectas fue más craneado por Calamaro para lograr trascender en un mercado plagado de novedades que para plasmar de modo cierto y conciso el verdadero sonido de la banda.
Ya de por si, hay un excesivo perfeccionamiento por donde se lo mire, todo suena tan perfecto que asusta. Hasta los temas mas fuertes, como “Ella vendrá” o  “El rosario en el muro” fueron tamizados por una mezcla que no les quito poder pero si les restó fuerza. El productor parece haber olvidado una de las patas de la banda, y los orientó hacia el lado mas “canción” dejando de lado la visceralidad que ofrecian en vivo.
En un momento en el que la música del mundo se teñía de oscuro, liderada por el movimiento gótico dark, Calamaro se inclinó por la parte mas “radial” de esto, y quizás paradójicamente allí radique tanto el gran acierto como el gran error: inflar demasiado a una banda que de por si era muy buena hasta convertirlos en algo que en lo real no eran, pero dejando para la posteridad uno de los mejores discos de la década de los 80s.
Dentro de las canciones, el inicio poderoso de batería en “Ella vendrá” marca el ritmo de lo que vendría. Una letra que habla de un amor frustrado, y Palo poniendo su mejor voz de amante dolido para retratar la desesperación de aquel que espera algo que no llega mientras se hunde bajo el techo de su propia habitación.
“Imagen proyectada” es una hermosa canción a caballo de una guitarra acústica y efectos de sonido por detrás de una cadencia casi lounge, donde Palo canta quebrando su voz hasta casi el limite. “La primera línea” es un rock  llevado por el saxo de Fernando Colombo, donde Calamaro se luce metiendo efectos modernos de secuencers y scratchs.
Para grabar “Una señal en el agua” hubo un fuerte cruce de opiniones con Calamaro ya que él insistía en que el ritmo tenía que ser más lento, a contramano de lo que la canción siempre había sido. Finalmente, el ex Abuelos de la nada zanjó la discusión diciendo “Acá el que toma las decisiones soy yo. Ódienme, pero esta decisión me la banco”.
Cenizas y diamantes” es quizás una de las joyas del álbum. Las teclas flotan suavemente por sobre la voz aguda de Palo, y el saxo se pasea entre palabras que aluden a un amor amargo. 
En “El rosario en el muro”, Alejandro Varela incluyó un excitante riff de guitarra que parece anticipar por años lo que luego sería el Movimiento Sónico con bandas como El Otro Yo, Juana La Loca o Babasónicos. La letra es casi una explicita oda al suicidio, y Palo hace un velado homenaje a “The End” de los Doors de Jim Morrison. ¿Como no relacionar el “Madre, quiero tu sexo” con el “Mother, I want to fuck you” del rey Lagarto?
La luz de la cara roja” es puro clima, la banda se mantiene expectante mientras Palo se luce con una voz de que de lo más sublime al límite de su gravedad, y luego explota junto con la batería.
“Conversación triple” es un tema feliz dentro de un disco un poco falto de sonrisas. La letra intenta dejar de lado la oscuridad con frases como “Deja de cortar los alambres con tus labios”.
El clímax musical se da en “Tazas de té chino”, donde luego de una bella intro de teclados la banda entra a patear todo mientras una guitarra reverse marca la melodía y Palo hace de las suyas con una letra 100% irónica. Cabe destacar que la primera frase de esta canción es la que le da nombre a este blog.
Para finalizar, un tema experimental como “Molestando a la oscuridad”, que repite como un mantra la frase que le da título y Palo surfea sobre la base con una letra improvisada.
Si lo que buscaba Don Cornelio con este disco era lograr, como ellos mismos dijeron, “algo trascendente que pueda ser escuchado dentro de diez años”, vaya que lo han conseguido. 24 años después, aun sigue siendo de lo mejor que puede haberse hecho en la Argentina. 

 
Bajate el primer disco de Don Cornelio, ripeado de vinilo.

  
Videoclip "Ella vendrá"






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