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Desde lo más profundo del corazón, y quizás en conflicto con la razón, este blog está dedicado a recordar aquellos sonidos que en algún momento de la vida emocionaron a miles y hoy son solamente añejas paginas ocres que algún viejo almanaque conserva en su memoria.
Entren y viajen, que mirar atras sirve para aprender.

lunes, 25 de abril de 2011

Historia de un prócer argentino (o la metamorfosis de Don Cornelio)


      
A mediados de la década de los 80s, el clima político sociocultural de los jovenes argentinos estaba en plena efervescencia: los primeros años post dictadura y la llegada de nuevos sonidos anglosajones eran los principales motivos de esto. Promediando 1984, en el colegio Huergo de Caballito dos compañeros de esas aulas empezaban a conocerse a través de la música. Ellos eran Roberto Pandolfo (más conocido por el seudónimo de "Palo") y Claudio Fernández, quienes no sólo militaban en sendas bandas de rock sino que también lo hacían en la Federación Juvenil Comunista. En ese entonces, ese cóctel era prácticamente una locura.

Al finalizar el colegio, ambos empezaron a trabajar en una planta de envasado de productos medicinales del padre de Claudio, que poseía un cuarto que con el tiempo se convertiría en el refugio de los escarceos musicales de ambos y luego en el centro de reunión de amigos que compartían largos bacanales de sonidos y comida.

            De esas noches de locura surgió el germen de lo que sería un grupo inicialmente conformado por Pandolfo y Fernández más Federico Ghazarossian y Alejandro Varela, dando forma a lo que inicialmente se llamó “La banda de Don Cornelio”, haciendo referencia al colegio Cornelio Saavedra que quedaba a la vuelta de la sala de ensayo.

            El debut de esta novel agrupación se produce el 31 de diciembre 1984 en La Alcantarilla, un antro de Palermo. En ese entonces se autodenominaban “psicodélicos-románticos” y estaban influenciados por bandas como Tears for Fears.

            A partir de ese momento, el grupo vivió una alocada carrera en la que no faltaron los excesos, la fama, el descontrol y otras cosas más que hicieron que en tres años vivieran lo que otros grupos viven en 10. Pero esto recién es el inicio de la historia, lo mejor se contará más adelante.


                                      





Afiches del debut de Don Cornelio
Primera formación de Cornelio

miércoles, 13 de abril de 2011

La herencia de Mala Suerte

“La herencia de los náufragos” (Mala Suerte) - 1995
MS Discos





El tercer disco de la banda de Alejandro Fassi (actual voz de Zumbadores) y de Gabriel Irisarri (ex guitarrista de los belicosos Comando Suicida) fue el mejor disparo que Mala Suerte pudo realizar en medio de una crisis interna que los dejó fuera del camino. A mediados de 1995 sale a la luz un compendio de canciones completamente distintas a las que ocupaban los surcos de “La máxima emoción” (1992) y “Sinfonía nocturna” (1994), titulado “La herencia de los náufragos”.

En ese momento de la historia, los cambios fueron a granel: Gustavo Jurio (El Conde), tecladista del combo, se alejó por cuestiones musicales y en su lugar entró el gaitero Víctor Naranjo, quien le dio un sabor diferente al punk rock popero de la banda; el bajista Ariel Kessler es reemplazado al finalizar la grabación por el jovencísimo Fernando Raggio y se despidió con el instrumental “El naufragio de la piraña” (apodo ganado en las sesiones del disco), y finalmente el ex manager Nico Landa pasó a ejercer el rol de segundo guitarrista, logrando un sonido mas potente.

Cansados del escaso reconocimiento tanto del publico como de la prensa, y luego de haber jugado sus fichas en el disco anterior (en el que tuvieron de invitados a Federico Pertusi, Hermann Ponti Lagarde, Hugo Irisarri y la sección de vientos de Los Auténticos Decadentes), decidieron hacer canciones en las cuales se transparentaran las influencias que hasta ese momento salían en cuentagotas: las letras de Fassi pasaron a acercarse a la pluma críptica y metafórica del Indio Solari, y la música tomó un cariz mas irlandés, evidencia de que Irisarri pasó mucho tiempo escuchando bandas como The Pogues y Stiff Little Fingers.

Con respecto a las canciones en si, Mala Suerte utilizó esta vez una amplia paleta de colores, yendo desde “Rey de los cabrones”, un tema inspirado en la película “Carlito´s Way” de Brian de Palma, a un homenaje a Diego Maradona (“Un dios aparte”), pasando por una clásica canción irlandesa (“Jilby coming”) tocada con instrumentos tradicionales como gaita, acordeón, banjo y tin whistle.

La voz de Fassi suena aquí mas aguerrida que nunca, como si hubiera pasado por una sobredosis de ginebra, lo que se nota a las claras en temas como “Los tiempos no han cambiado” o “El bar de la lluvia”.

Dentro de un estilo que pocas bandas supieron transitar (quizás solo Doble Fuerza con su “Edrev Lobert Punk Rocker”), Mala Suerte consiguió dejar asentado no solamente su testamento musical sin uno de los mejores discos de la década.